13 de marzo: Día Mundial del Sueño

En esta nota te contamos por qué es
importante cuidarnos de los trastornos de sueño y cómo cambiar los hábitos más
dañinos.

Dormir poco, dormir mal, tener insomnio son padecimientos tan comunes
como subestimados. Según indica
Fundación Favaloro, 1 de cada 4 personas en el mundo tiene un claro trastorno en el sueño,
aunque solo el 40% de las personas expresa que tiene problemas para dormir. Si
bien solemos darle al sueño poca importancia, lo cierto es que es crucial para
nuestra salud.

El Coordinador del Programa de Manejos de los Trastornos del Sueño de
INECO, Dr. Pablo López, afirma, que cuando los problemas de sueño se vuelven
crónicos hay una serie de repercusiones graves: no solo disminuye el bienestar
y aparece un estado de fatiga generalizado, ansiedad y déficit de atención sino
que también hay factores que afectan a la sociedad en su conjunto, como el
mayor ausentismo en el trabajo y el aumento de accidentes automovilísticos.
Además, según
AcaSalud, la falta de sueño puede generar problemas de sexualidad y falta de
memoria.

Por eso, este 13 de marzo se conmemora el Día Internacional del Sueño
para generar consciencia sobre las necesidades de cuidar esa parte de la salud
que se basa en el buen dormir, y que influye en distintos aspectos de nuestra
vida. Este año, el lema de la fecha, determinado por la
World Sleep Society, es “Mejor sueño, mejor vida, mejor planeta”. El Dr. López, entrevistado por la Fundación Favaloro, explica que “cuando dormimos, nuestro
cerebro sigue funcionando, consolidando el aprendizaje y procesando
información”. Por eso, es importante dormir entre 7 y 8 horas diarias y tener
una rutina de sueño “lo más estable posible”.

 

¿Cómo
mejorar los hábitos de sueño?

La investigadora del CONICET Cecilia Forcato recomienda hacer un experimento para evaluar nuestra forma de dormir y
saber si la podríamos mejorar. El experimento consiste en la comparación entre
dos períodos en que debemos llevar a cabo distintos hábitos de sueño. En la
Semana 1, debemos dormir como lo hacemos habitualmente. En la Semana 2, en
cambio, hay que hacer algunas diferencias: ir a dormir ni bien sentimos el cansancio,
no utilizar dispositivos electrónicos en la cama durante la hora anterior a
dormir, descansar en un ambiente tranquilo, no tomar siestas de más de 30
minutos y, por último, comer sano. Parece difícil, pero la diferencia es
notable. Hacé el experimento y observá cómo cambia tu estilo de vida.

Te dejamos algunas recomendaciones para aplicar en la vida diaria
y empezar a dormir y vivir mejor:

– Que la habitación sea solo para dormir. Mirar la tele, comer,
trabajar, jugar, son actividades que deben hacerse en otros espacios del hogar.

– En caso de hacer siestas, que sean breves: no más de 20 o 30 minutos.

– Acostarse en cuanto se tiene sueño: no antes, no mucho tiempo después.

– Hacer actividad física con frecuencia, pero no cerca de la hora de
dormir.

– Evitar -o disminuir lo más posible- el consumo de cafeína y nicotina.

– No acostarse mirando la pantalla del celular o la televisión.

– Establecer un
horario para dormir y cumplirlo todos los días.


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