22 de marzo: día mundial del agua

Cientos de millones de personas
no tienen agua potable cerca de su casa o beben agua contaminada. Para cuidar y
concientizar sobre el uso de este recurso fundamental para la vida, las
Naciones Unidas proponen este año el eje “La respuesta está en la naturaleza”.

El
agua es un recurso natural renovable pero limitado: su renovación para el uso
humano depende de un uso cuidadoso y regulado. Por ejemplo: el agua subterránea
puede fluir libremente hacia la superficie y renovarse a través del ciclo
natural. Sin embargo, la extracción desmedida de los acuíferos es más rápida
que la capacidad de la naturaleza, deteriorando su calidad y poniendo en riesgo
su renovación. Un riesgo semejante sucede con la contaminación, que tiene como
consecuencia que grandes masas de agua estén disponibles pero no sean aptas
para el uso humano.

Siendo
un recurso limitado, en algunas zonas del planeta es naturalmente escaso, como
en los ecosistemas desérticos, que se han organizado en torno a esta escasez.
En otros casos, su explotación desmedida y su contaminación generan escasez
artificial. 

Para
la ONU, el agua es un elemento clave del desarrollo sostenible, puesto que los recursos hídricos y los servicios que se generan
a partir de ellos (como electricidad, producción de alimentos, transporte,
etc.) pueden tener un rol determinante en la reducción de la pobreza y el
crecimiento económico con un bajo impacto ambiental.

 

Algunas cifras

A
pesar de su reconocida importancia, el acceso al agua potable en el planeta es
extremadamente desigual:

– 663 millones de personas no tienen agua
potable cerca de su casa y destinan horas de cada día para viajar y hacer colas
para conseguirla.

– 1800
millones de personas consumen agua contaminada con materia fecal, lo cual
produce focos de cólera, disentería, tifus y polio.              

– 842
mil personas
 mil
personas mueren al año por el uso de agua no apta para el consumo humano.

– 80% de las
aguas residuales son volcadas a los ecosistemas sin un adecuado tratamiento
sanitario, generando ambientes contaminados.

 

Aprender de la naturaleza

El
22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua bajo la Coordinación de la
Organización para las Naciones Unidas. El eje del año 2018 es La respuesta está en la naturaleza, y está dirigido a lograr el objetivo
de desarrollo sustentable número 6: agua potable y saneamiento para todos los
habitantes del planeta en el año 2030.

Frente
a la situación dramática de cientos de millones de personas en todo el mundo,
la propuesta de la ONU es desarrollar soluciones basadas en la naturaleza, es
decir, restaurar bosques, praderas y humedales; reconectar ríos con llanuras
inundables; crear franjas de protección vegetal para el curso de los ríos, etc.
Se trata de iniciativas que comprometen a los Estados a cuidar y generar una
“infraestructura verde” en la gestión de la disponibilidad y la calidad del
agua, con efectos semejantes a la infraestructura artificial tradicional, pero
sin los daños ambientales que ésta ocasiona habitualmente.

Por
ejemplo, la creación de humedales artificiales no sólo permite el tratamiento
de aguas residuales, sino que además produce biomasa para generar energía,
aumenta la diversidad biológica de la zona e incluso puede dar lugar a zonas de
recreo, creando de este modo puestos de trabajo antes inexistentes.

Gobiernos
de todo el mundo han puesto en marcha iniciativas de este tipo, como el
gobierno de China, que desarrolla “ciudades esponja” que combinan soluciones
basadas en la naturaleza con infraestructura tradicional para reabsorber y
reutilizar hasta el 70% del agua de lluvia que cae en entornos urbanos.

La
página oficial del Día del agua está disponible sólo en inglés (http://worldwaterday.org/) pero allí pueden conseguirse recursos
y material informativo en varios idiomas, incluyendo posters y material para
difundir por redes sociales.              

Compartí en tus redes

WhatsApp
Facebook
Twitter