5 maneras de crear un ambiente laboral saludable

Estar sano es más que simplemente no estar enfermo; es
experimentar un bienestar personal y relacional en los diversos ámbitos de
nuestra vida. Como cada vez más tiempo de nuestra vida transcurre en el
trabajo, te proponemos 5 maneras de crear un entorno que no solo no te
enferme, sino que te ayude a sentirte mejor.

La Organización Mundial para la Salud (OMS) propuso en 2013
un plan de acción para el diseño e implementación de ambientes de trabajo saludables dirigido a empleadores,
trabajadores, autoridades y profesionales. La premisa básica de este trabajo es
que “la riqueza de las empresas depende de la salud de los trabajadores”; de
este modo, no se trata solamente de una responsabilidad de ética empresarial, o
de una obligación legal, sino también de una decisión de política empresaria
que mejora el clima y la productividad del trabajo.

La salud no se define simplemente como la ausencia de
enfermedad; por el contrario, se trata de un estado de bienestar físico, mental
y social. De allí que el ambiente de trabajo saludable sea un lugar en el que
todos los actores colaboran “en la aplicación de un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y la sostenibilidad del lugar de trabajo”.

Claro: nadie puede oponerse a estas definiciones pero la
realidad es que se trata de un concepto, un horizonte que guía el proceso de
mejora sin agotarlo nunca, aunque permite cambios que todos podemos apreciar.
Es por ello que la OMS ha propuesto cinco claves orientadoras para el diseño de un lugar de trabajo
saludable.

1. Participación y
compromiso de la dirección
. Es fundamental que cualquier iniciativa
destinada a mejorar el ambiente de trabajo cuente con la participación de los
superiores y el personal del más alto nivel de la empresa, integrando el diseño
de un espacio de trabajo saludable a los objetivos y valores de la compañía. Es
importante una mentalidad abierta y dispuesta a reconocer el valor de la salud
y el bienestar como parte de la estrategia y la cultura de la organización.

2. Involucrar a los
trabajadores y sus representantes
. Así como los lugares de trabajo
saludables son convenientes para la compañía, tienen como beneficiarios
inmediatos a los trabajadores. Incluyéndolos en el proceso de toma de
decisiones se evita la mutua desconfianza que generan las medidas unilaterales
y se genera un interés genuino de todas las partes para lograr el éxito de las
medidas tomadas. Si se adoptan medidas verticales y simplemente se “informa” a
los trabajadores de ellas, es probable que se genere una resistencia
contraproducente a los objetivos propuestos.

3. Ética y legalidad
empresarial
. El compromiso de la organización en el cumplimiento de los
códigos y leyes de salud laboral es clave para cualquier proceso de diseño de
un medioambiente de trabajo saludable. La adhesión a conductas éticas que
eviten el daño a los demás, que respeten sus derechos y cuiden su salud son la
base necesaria sin la cual ningún proceso de mejora es posible. No es extraño:
si la empresa no se preocupa por sus trabajadores, difícilmente éstos se
sientan comprometidos con su éxito o su fracaso.

4. Uso de procesos
sistemáticos e integrales de mejora continua
. Como cualquier proceso de
cambio, el diseño de los ambientes laborales saludables requiere de una
inversión económica, de tiempo y de recursos humanos. Es necesario
comprometerse con la planificación y luego la ejecución de ese plan,
manteniendo un equipo responsable que monitoree su cumplimiento y esté atento a
los desvíos, cambios y reformulaciones que se requieran.

5. Sostenibilidad e
integración
. La OMS sostiene que debe integrarse la salud laboral a la
planificación estratégica de las organizaciones, asignando recursos
específicos, vinculándola a los valores y objetivos de la compañía. Es
importante que, así como se evalúan y miden otros aspectos del funcionamiento
de una empresa, se haga lo mismo con el bienestar laboral, con un monitoreo
continuo, sistemas de gestión del comportamiento y revisiones periódicas de
objetivos y resultados en el área.

Como decíamos más arriba, los ambientes de trabajo
saludables son un horizonte hacia el cual orientar la acción de todos los
actores involucrados en el proceso de trabajo. Aún cuando el bienestar completo
sea, en buena medida, utópico, los resultados intermedios que alcanzamos
resultan en mejoras perceptibles para la vida de los trabajadores y las
organizaciones.

Compartí en tus redes

WhatsApp
Facebook
Twitter