El 12 de agosto se celebra el día mundial de la juventud. Te contamos las ventajas y desventajas de esta población para encontrar su primer empleo.
En marzo de este año se realizó en La Rural la primera Expo Empleo Joven, organizada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la que más de 200 empresas ofrecieron puestos de distinta jerarquía y calidad para jóvenes en busca de trabajo. Colas de varios cientos de metros mostraron el éxito de la exposición, pero también el enorme problema que significa buscar trabajo para personas de entre 18 y 29 años en nuestro país.
Según el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el 20% de los jóvenes argentinos que buscan trabajo no lo encuentra. Es la tasa de desempleo juvenil más alta de la región, cuya media es de 13,4%.
Esta dificultad parece superarse, en el caso de los jóvenes de clase media, entre los 26 y los 30 años, momento en el que terminan sus estudios, adquieren experiencia laboral y logran estabilizarse. Para los jóvenes de clase media baja y baja, en cambio, el panorama de precariedad laboral se extiende para el resto de su vida adulta en la mayoría de los casos.
Aunque la primera reacción del mundo adulto es pensar que esta dificultad es un efecto de una educación de poca calidad, no siempre es el caso. Por una parte, los resultados de las pruebas estandarizadas internacionales como las PISA o las TERCE muestran que, efectivamente, los jóvenes en nuestro país tienen bajos niveles de rendimiento en comprensión lectora o cálculo.
Por otra parte, sin embargo, existen factores estructurales que impiden la inserción exitosa de los jóvenes en el mercado de trabajo. Por una parte, se trata de la población más afectada por la pobreza en nuestro país: aunque un 30% de la población argentina es pobre, entre los jóvenes el porcentaje alcanza el 40%. Por otra parte, el sistema productivo actual, si bien crea cada vez más riqueza en todo el mundo, requiere cada vez menos mano de obra. En efecto, en un contexto de progresiva sustitución de horas-humanas por tecnología, hay un plus de valor que engrosa las rentas de los propietarios de los medios de producción sin generar trabajo humano genuino.
En nuestro país, iniciativas como la de Empleo joven buscan paliar, desde el Estado, la crisis social y económica del sector, manifestada más dramáticamente en los famosos ni-ni: jóvenes que ni estudian ni trabajan y que suman, según consultoras privadas, entre 700.000 y 1.000.000 de personas.
Las Naciones Unidas conmemoran cada 12 de agosto el Día internacional de la juventud, destinado a valorar y proponer acciones positivas hacia las personas de entre 18 y 29 años. Esta franja de la población es, actualmente, la más numerosa de la historia, y nos desafía a pensar, desde nuestro hogar, nuestras comunidades, instituciones y empresas, políticas e iniciativas destinadas a integrar y sumar a la juventud a los procesos sociales.