Cáncer de Mama

El cuerpo está compuesto por millones de millones de células vivas. Las células normales del cuerpo crecen, se dividen en nuevas células y mueren de manera ordenada. Durante los primeros años de vida de una persona, las células normales se dividen más rápidamente para facilitar el crecimiento. Una vez que se llega a la edad adulta, la mayoría de las células sólo se dividen para remplazar a las células desgastadas o a las que están muriendo y para reparar lesiones.

El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer de manera descontrolada. En lugar de morir, las células cancerosas continúan creciendo y forman nuevas células anormales. Las células cancerosas pueden también invadir o propagarse a otros tejidos, algo que las células normales no pueden hacer. El hecho de que crezcan sin control e invadan otros tejidos es lo que hace que una célula sea cancerosa.

Existen muchos tipos de cáncer, entre ellos el de mama, pero todos comienzan debido al crecimiento sin control de células anormales. El cáncer de seno (mama) es un tumor maligno que se origina en las células del seno. Esta enfermedad ocurre principalmente en las mujeres, pero los hombres también pueden padecerla.

Síntomas y signos

El cáncer de mama en su etapa temprana por lo general no causa ningún dolor. De hecho, cuando se desarrolla, al principio es posible que no presente ningún síntoma. Sin embargo, conforme crece el cáncer, puede causar cambios a los que las mujeres deben poner atención:

  • Un bulto o engrosamiento en el seno, cerca de éste o en el área de la axila.
  • Un cambio en el tamaño o forma del seno.
  • Secreción del pezón o sensibilidad, o un pezón umbilicado hacia dentro del seno.
  • Pliegues u hoyuelos en el seno (la piel parece como la piel de una naranja).
  • Un cambio en la forma como se ve o se siente la piel del seno, de la areola o del pezón (por ejemplo, caliente, hinchada, roja o escamosa).
Algunos factores de riesgo del cáncer de mama
  • Edad: las probabilidades de padecerlo aumentan conforme la mujer envejece. El riesgo es especialmente alto en mujeres mayores de 60 años.
  • Antecedentes personales: la mujer que ha tenido cáncer en una mama tiene un riesgo mayor de padecerlo en la otra.
  • Antecedentes familiares: el riesgo de presentar cáncer de mama es mayor si madre, hermana o hija tuvieron la enfermedad. El riesgo es aún mayor si ese familiar tuvo el cáncer antes de los 50 años de edad.
  • Ciertas alteraciones genéticas: los cambios en ciertos genes aumentan considerablemente el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
  • Antecedentes relacionados con la reproducción y la menstruación que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama:
    • Mujeres que nunca tuvieron hijos.
    • Mujeres que tuvieron su primera menstruación antes de los 12 años.
    • Mujeres que entraron en la menopausia después de los 55 años de edad.
    • Mujeres que reciben terapia hormonal para la menopausia durante más de 5 años.
    • A mayor edad de la mujer al momento de su primer parto, mayores probabilidades.
  • Densidad de la mama: las mujeres cuyas mamografías muestran mayor cantidad de zonas de tejido denso respecto de otras mujeres de la misma edad tienen un riesgo mayor de cáncer de mama.
  • Obesidad o sobrepeso después de la menopausia: la posibilidad de tener cáncer de mama después de la menopausia es mayor en las mujeres obesas o con exceso de peso.
  • Inactividad física: las mujeres que son inactivas físicamente pueden tener un riesgo mayor de padecerlo.
  • Consumo de alcohol: algunos estudios sugieren que cuantas más bebidas alcohólicas consume una mujer, mayor es el riesgo de este tipo de cáncer.

Que una mujer tenga un factor de riesgo no significa necesariamente que vaya a tener cáncer de mama.

Prevención

Es muy importante el diagnóstico precoz, ya que el cáncer de mama es una de las pocas enfermedades cancerosas que se pueden diagnosticar precozmente, es decir, antes de que se note algún síntoma.

La técnica utilizada y mundialmente aceptada es la mamografía, que consiste en una radiografía de las mamas, capaz de detectar lesiones. Otro método complementario a la mamografía es la exploración física, realizada periódicamente por el médico o por la propia mujer. Sin embargo, este método no permite diagnosticar tumores pequeños, que sí serían diagnosticados con una mamografía. Se estima que la mamografía permite detectar el 90% de los tumores y el examen físico solamente un 50%.

La Liga Argentina de Lucha Contra El Cáncer y la Sociedad Argentina de Mastología recomiendan realizar la primera mamografía a partir de los 40 años. La periodicidad posterior es de 1 o 2 años, según indicación del especialista. A partir de los 50 años se recomienda anualmente. En mujeres menores de 40 años con antecedentes familiares, puede indicarse antes. En las mujeres jóvenes y con mamas densas, el especialista puede sugerir una ecografía mamaria, también llamada ultrasonografía. Si bien no es un método de pesquisa es un excelente complemento de la mamografía.

En cuanto al examen clínico de la mama, las mujeres de 20 a 39 años de edad deben someterse a él como parte de un examen periódico de salud realizado por un profesional médico al menos cada 3 años, y a partir de los 40, todos los años. Es recomendable someterse al examen clínico de los senos poco antes de la mamografía, debido a que puede ayudar a familiarizarse con la forma en cómo se sienten y lucen los senos.

Un riesgo medio de padecer cáncer de mama puede reducirse cambiando los factores de riesgo modificables:

  • Llevar una vida saludable.
  • Realizar ejercicio físico de forma regular.
  • Mantener una dieta equilibrada.
  • No fumar.
  • No beber alcohol.

Se calcula que en la Argentina una de cada ocho mujeres se verá afectada por cáncer de mama. Cada año se diagnostican alrededor de 18000 nuevos casos, lo que representa el 17.8% de la incidencia general de la enfermedad.

Es fundamental prevenir el cáncer de mama, ya que detectada la enfermedad en forma temprana las tasas de supervivencia relativas a cinco años desde su diagnóstico son muy altas, del 100% en las llamadas etapas cero y uno, y hasta 72% en la etapa tres (recién descendiendo considerablemente en la etapa cuatro).

Rp./Salud

Fuentes: FUCA, LALCEC, American Cancer Society.

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