Crisis respiratoria por los cigarrillos electrónicos: alertan por enfermedades pulmonares

Este año aumentaron dramáticamente las
internaciones por afecciones pulmonares de personas que usan vapeadores o
cigarrillos electrónicos en Estados Unidos. Con el aumento de su uso, aumentan
los riesgos. En esta nota, te contamos cuáles son.

Estados Unidos sufre una crisis de enfermedades
pulmonares severas, que las autoridades atribuyen al uso de cigarrillos
electrónicos. Según la
CNN, hasta ahora hubo internaciones de 4 personas en
Minnesota, 25 en Wisconsin y 11 en Illinois. En todos los casos, se trata de
personas jóvenes, sin antecedentes de enfermedades respiratorias, que eran
usuarios frecuentes de cigarrillos electrónicos.

En Argentina, se estima que en 2017 ya 2.1 millones de
jóvenes consumían este producto. En Argentina, ese año experimentó un
considerable aumento en el consumo en personas de 18 a 24 años, según indica el
informe de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas
de la Nación Argentina (Sedronar). 

Su forma práctica y atractiva, la variedad y
originalidad de sabores y su falta de olor explican que, aunque esté prohibido,
el dispositivo goce de buena reputación y sea objeto de gran número de compras online. Fundamentalmente, se ha
instalado la idea de que es inofensivo para quienes lo usan, y por eso es
especialmente valorado por quienes buscan dejar de fumar.

Sin embargo, no todo es lo que parece. Según el último
informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con los cigarrillos
electrónicos deberían tomarse los mismos recaudos que con los tradicionales:
regular su venta, prohibir su uso a menores de edad, informar masivamente sobre
sus efectos y evitar su consumo en lugares cerrados. Las causas de esta
advertencia son varias.

 

¿Por qué el vapeador puede ser nocivo?

Las principales causas para limitar el consumo de
cigarrillos electrónicos son tres, relacionadas con la toxicidad de sus
contenidos, la presencia de nicotina y la falsa ayuda para quienes intentan
dejar de fumar.

Si bien hay publicidades que lo muestran como
saludable, sus emanaciones no son inofensivas. Por el contrario, pueden dañar a
quienes fuman de manera activa o pasiva por una simple razón: lo que se inhala
no es puro vapor de agua. Según un
estudio reciente, pueden incluir varios gases irritantes para los
pulmones y hasta carcinógenos. Además, daña el sistema inmune y genera
problemas en el aparato circulatorio debido al aumento del ritmo cardíaco y de
la presión sanguínea.

Es evidente que, si bien el vapeo puede ser menos
nocivo que el cigarrillo tradicional, ello no significa que no sea nocivo.
Incluso, aunque mucha gente no lo sabe, los cigarrillos electrónicos contienen
tanta o más nicotina que los clásicos. Como explica la
Fundación Argentina del Tórax, la nicotina es una sustancia psicoactiva, tóxica y
sumamente adictiva que afecta el sistema nervioso y el aparato cardiovascular.
Un
estudio de la Universidad de California muestra la
sorprendente semejanza entre el cigarrillo tradicional y el electrónico, en
cuanto a los efectos que pueden causar en la salud. De hecho, en Argentina la
Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)
determinó la prohibición de este producto en 2011 y la ratificó en
2016. El problema es que la mayoría de quienes consumen
cigarrillos electrónicos desconoce sus componentes y, con ello, sus efectos
dañinos. Por eso, la OMS recomienda disminuir la publicidad del producto y
eliminarlo por completo de los avisos que estimulan su consumo como forma de
abandonar el hábito fumador.

Para la OMS hay un perjuicio adicional, y es el engaño
que sufren aquellas personas que quieren dejar de fumar y ven al vapeador como
una buena solución. Hasta el momento esta solución es solo un mito. En vez de
ayudar a acabar con el hábito de fumar, es posible que el e-cigarrillo esté
boicoteando los esfuerzos de quienes tienen una adicción a la nicotina y que, a
su vez, esté propiciando adicciones en la población más joven. Por eso, la
Administración Federal de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos señaló en
2018 que el consumo de cigarrillos electrónicos alcanzó una “proporción
epidémica”, que puso en un brete a las principales empresas comercializadoras
de vapeadores, que deberán encontrar la forma de evitar su venta a menores de
edad.

El problema principal de este nuevo éxito comercial y
cultural es la falta de conocimientos incluso por parte de la comunidad
científica médica. En un
artículo reciente, el médico Michael Blaha, director de investigación
clínica del Centro de prevención de enfermedades cardiovasculares del John
Hopkins Hospital, Estados Unidos, explica que, al vapear, “te estás exponiendo
a todo tipo de químicos que todavía no comprendemos y que probablemente no sean
seguros”. Y agrega que, a causa del vapeador, muchas personas que de otra
manera no hubieran desarrollado el hábito de fumar lo están haciendo con este
producto.


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