La Organización Mundial para la Salud se renueva

En este mes se eligió al nuevo director general de la OMS. Te contamos quién es y cómo puede impactar en nuestra vida.

Por primera vez en su historia, la Organización Mundial para la Salud eligió a un director general africano, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus. Después de una larga campaña pública de casi dos años, los ministros de salud de 186 países votaron en secreto a este experto en malaria que, después de tres rondas de elección, venció a los otros cinco candidatos que competían por el puesto.

Entre sus logros se destacan el haber logrado un descenso abrupto de las tasas de mortalidad por malaria, SIDA, tuberculosis y problemas neonatales en Etiopía durante su mandato como ministro de salud. Asimismo, durante su gestión se formaron 40.000 enfermeras, se modernizó el laboratorio de medicamentos nacional, se organizó un sistema nacional de emergencia y aumentó diez veces la cantidad de graduados de la carrera de medicina en el país.

Su plataforma se destacó por una propuesta de seguro de salud universal, especialmente en los países más pobres del mundo, de fortalecimiento de la respuesta ante emergencias y de aumento de la transparencia y la responsabilidad de la propia Organización Mundial para la Salud, cuya imagen había decaído un poco tras los diez años de dirección de la médica china Margaret Chan.

También es sabido el compromiso del Dr. Andros (como se presentó durante la campaña) con el acceso temprano a métodos de control de la natalidad y cuidados preventivos para las mujeres. Ha declarado, además, en numerosas oportunidades que considera urgente aumentar la diversidad de género y etnias en la propia Organización, cuyos cargos directivos han quedado históricamente en manos de varones occidentales, provenientes en su mayoría de países europeos.

La campaña no estuvo exenta de polémica: en las últimas semanas se acusó al Dr. Andros de haber ocultado rebrotes de cólera en Etiopía, además de haber colaborado con las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que se producen en el país africano. Incluso durante la asamblea eleccionaria hubo docenas de manifestantes etíopes protestando por la nominación de su ex-ministro de salud.

En cualquier caso, la supervivencia de la Organización se encuentra en peligro. Su papel en el brote de Ébola de 2014 fue duramente criticado y en la actualidad apenas tiene los recursos necesarios para funcionar, dependiendo mayormente de las donaciones extra realizadas por países como Estados Unidos o fundaciones como la de Bill Gates. Donald Trump ya ha señalado su desinterés en el sostenimiento de la Organización, así que los problemas que enfrentará su nuevo director general no se agotarán en los grandes desafíos epidemiológicos del siglo XXI.

Transparencia y respuesta ante las crisis

Una de las principales críticas que ha recibido la Organización es con respecto a la falta de transparencia y el uso abusivo de los recursos por parte de sus funcionarios. En un informe reciente, por ejemplo, la agencia Associated Press mostró que en el año 2016 se gastó más dinero en viajes y hoteles de sus funcionarios (200 millones de dólares) que en combatir el SIDA y la hepatitis (71 millones) o la malaria (61 millones). En estos viajes, según el informe, los funcionarios han gastado mucho más de lo autorizado por el reglamento en vuelos en primera clase u hoteles cinco estrellas.

Sin embargo, su valor sigue residiendo en su carácter multilateral, que le permite vincular de manera directa a casi 200 países de todo el mundo en estrategias globales de prevención y, sobre todo, intervención en casos de crisis sanitarias globales.

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