La desigualdad de género incide en el contagio de enfermedades de transmisión sexual

Estudios recientes han mostrado cómo influyen los estereotipos de género
en el contagio de HIV en mujeres jóvenes. ¿Cómo se relacionan las desigualdades
con el acceso a la salud?

Cada semana 6.200 mujeres
adolescentes y jóvenes contraen VIH. Según un
comunicado de prensa de ONUSIDA, las mujeres de 15 años
o más tienen un 60 % más de probabilidades de contagiarse HIV que los hombres
jóvenes de la misma edad.
Por eso, en la agenda de
Naciones Unidas para 2030 figura la voluntad de reducir la discriminación hacia
las mujeres en los centros sanitarios, según indica la
declaración conjunta correspondiente. Pero, ¿cómo se vincula el HIV con la discriminación hacia las mujeres?

Según el informe ONUSIDA 2017, cada día, 460 niñas adolescentes sufren la infección del VIH; tres
mujeres jóvenes contraen el virus cada cuatro minutos. Esto evidencia la falta
de acceso a la prevención y el socavamiento del derecho a la salud. La
desigualdad de género es, en este sentido, una de las principales limitantes en
el acceso a la salud. Para el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé,
“existe un círculo vicioso de desigualdades de género, violencia de género e
infección por el VIH en muchas partes del mundo”.

Las enfermedades relacionadas con el Sida son la principal causa de
fallecimiento en mujeres de entre 15 y 49 años: 350 mujeres adolescentes mueren
cada semana por esta razón. Entre las principales causas, se encuentran la
violencia de género y la explotación sexual. Como explica el
portal de ONU Mujeres, en determinados entornos el 45% de las mujeres ha declarado que su
primera experiencia sexual fue forzada, mientras que tres de cada diez chicas
entre 15 y 25 años tienen acceso insuficiente a información sobre prevención de
VIH. Esto coarta las posibilidades de cuidado de la salud. A la inversa, las
mujeres con VIH positivo tienen más riesgo de sufrir violencia de género.

¿Cómo reducir las
desigualdades y garantizar el derecho a la salud para todos los géneros? En
primer lugar, es necesario respetar los Derechos Humanos de todas las personas,
y entre ellos se encuentran los derechos sobre salud sexual y reproductiva.
Para ello, las leyes y medidas políticas orientadas a garantizar el acceso a
los servicios para jóvenes y adolescentes son importantes pero insuficientes.
ONUSIDA recomienda invertir en educación
e implementar una educación sexual integral de calidad, generar políticas de
prevención y protección de mujeres y niñas ante situaciones de violencia,
promover los derechos de las mujeres y aumentar la inversión en los servicios
de salud.


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