La importancia de la donación de órganos

Te contamos algunos mitos y verdades sobre el trasplante de órganos, un procedimiento que salva miles de vidas cada año.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) celebra cada 6 de junio el Día mundial de los pacientes trasplantados, destinado a crear conciencia sobre la donación de órganos, que salva la vida de miles de personas cada año.
En nuestro país, la conciencia sobre donación de órganos es cada vez mayor, acompañada de políticas específicas como la modificación a la ley de trasplantes que se realizó en 2018. Allí se estableció que toda persona mayor de 18 años es considerada “donante presunto” a menos que expresamente hubiera indicado lo contrario. Sin embargo, la cantidad es todavía insuficiente: el INCUCAI registra una lista de espera de 7416 personas, mientras que en lo que va del 2019 se han realizado 865 trasplantes de órganos provenientes de 407 donantes.
Uno de los obstáculos para extender la práctica de la donación de órganos es la desinformación, puesto que existen muchos miedos sobre el tema. Es por ello que te presentamos 5 mitos sobre la donación de órganos, y 5 verdades que los desmienten.
1. Si tengo un accidente y se sabe que soy donante, los médicos no van a
hacer ningún esfuerzo para salvarme.
Es un temor
lógico: ¿cómo saber si los médicos realmente querrán salvar mi vida o simplemente
van a tomar mis órganos aun cuando podría sobrevivir? Incluso existen
historias, completamente falsas, en las que un paciente se despierta durante el
proceso de ablación.
La verdad es que los centros de salud tienen protocolos muy estrictos para estos casos. Sólo se puede realizar después del fallecimiento producido por un daño irreversible en el sistema nervioso central, que se haya comprobado con estudios clínicos y técnicos, o por el cese irreversible de la función cardiorrespiratoria.
2. Los médicos pueden seleccionar a quién darle los órganos donados.
Cuando se
informa de un posible donante, se pone en marcha un complejo operativo que
puede involucrar hasta a 150 personas. Durante ese proceso, los órganos en
condiciones de ser trasplantados son asignados por el INCUCAI a la persona que
esté ubicada en primer lugar en la lista de espera. No hay posibilidad de que
los profesionales puedan manipular, orientar o incluso “vender” los órganos
donados a un paciente elegido por ellos.
3.
Si tuve alguna enfermedad no
puedo ser donante.
Muy pocas
enfermedades descalifican automáticamente a una persona para ser donante.
Aunque algunos órganos puedan estar dañados, otros pueden encontrarse en buenas
condiciones para ser aprovechados por una persona que los necesita. En
cualquier caso, esa evaluación es realizada por el equipo de profesionales que
interviene una vez certificado el fallecimiento.
4. Sólo las personas de menos de 40 años pueden ser donantes.
No existe una
edad límite para la donación. Al igual que en el caso anterior, la evaluación
médica establece la viabilidad de cada órgano en particular sin importar la
edad o el historial clínico del donante.
5. La religión no permite la donación de
órganos.
Son pocas las religiones que prohíben a sus practicantes la donación. Las grandes religiones universales, como el catolicismo, la mayoría de las iglesias protestantes, la mayoría de las ramas del judaísmo y el islam permiten la donación, e incluso la alientan entre sus fieles.
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