Muerte Súbita de origen cardíaco.

Continuando con lo dicho en nuestra anterior nota de Agosto 2006, hoy vamos a enfatizar en uno de los aspectos previamente mencionados: La Muerte Súbita.
El 80 % de los casos de muerte súbita de origen cardíaco se producen por una alteración del ritmo que se denomina Fibrilación Ventricular. En nuestro país fallecen dos pacientes por hora por esta arritmia, que hace que el paciente pierda el conocimiento en los primeros segundos de aparecida. Pero no se trata de una situación de “paro cardíaco”: las células miocárdicas siguen contrayéndose, aunque en forma caótica y asincrónica, de manera que el cuerpo pierde la eficacia para impulsar la sangre del corazón al resto del cuerpo, especialmente al cerebro.
Si esta arritmia es tratada en forma precoz dentro del primer minuto de producida, la víctima tendrá un 75 a 80% de posibilidades de sobrevivir. Por cada minuto que trascurre desde el ataque hasta el tratamiento, se pierde un 10 a 15 % de perspectiva de supervivencia. Es decir que si nadie hace nada por esa persona, a los siete minutos ya la posibilidad es del 0%.
Hace ya más de 50 años que se iniciaron en el mundo Campañas y Programas de entrenamiento para el público en general sobre Reanimación Cardiopulmonar Básica, es decir el conjunto de maniobras de ventilación y compresión que reemplazan al latido cardíaco y a la respiración, los cuales elevaron alrededor del 10% la sobrevida de las víctimas del ataque cardíaco. Sin embargo, es en la década de los 90, con los Programas Públicos de Desfibrilación Externa Automática, cuando se consigue un salto cuantitativo importante en términos de sobrevida. La misma se logra con Desfibriladores Externos Automáticos (DEA). Estos aparatos, del tamaño de una “notebook” o menor, disparan un choque eléctrico que restaura el ritmo cardíaco alterado. Para utilizarlos, además de disponerlos, no es necesario ser médico. Sólo se requiere el entrenamiento adecuado y la propia ayuda del aparato que, automáticamente, va guiando al operador y únicamente dispara el choque si corresponde.
Así hoy, hay comunidades de los EE.UU, como Salt Lake City, en dónde una de cada cuatro personas esta capacitada en RCP y uso de Desfibrilación Externa Automática, con lo que la sobrevida post ataque cardíaco se ha elevado al 35%. Otro ejemplo de este camino, quizás insólito pero de la más absoluta racionalidad, son los casinos de Las Vegas, en donde la síntesis de personal capacitado y desfibriladores a su alcance, han llevado el índice de rescate exitoso al 75% de los casos.
El 50 % de las muertes, cualquiera sea su causa, ocurren antes de la llegada del paciente a una Institución Médica. Con este dato se puede dimensionar la exacta necesidad de que la comunidad en general adquiera conocimientos que contribuyan a constituir lo que se ha dado en llamar “la cadena de la vida”, cuyos tres primeros eslabones son:
1.conocer y utilizar inmediatamente las formas rápidas para solicitar ayuda
médica de emergencia (107, 911 y similares).
2.estar entrenado en Reanimación Cardiopulmonar.
3.estar entrenado y disponer de Desfibriladores Externos Automáticos.
4.recién el cuarto eslabón es puramente profesional: la llegada de la ayuda
médica especializada de emergencia en tiempo y forma

Estas conductas, como todas las que se pretenden que adquiera una comunidad, deben ser propiciadas desde los lugares más representativos de la misma. Por eso quiero terminar con un extracto de uno de los últimos discursos de Bill Clinton como presidente de los EEUU (20/05/00): “Buenos días. En los últimos siete años hemos trabajado duramente para mejorar la salud y seguridad del pueblo de los EE.UU. Hoy me gustaría hablarles de las nuevas medidas que estamos tomando para salvar la vida de miles de mujeres y hombres que caen victimas de uno de los mayores asesinos en los EE.UU: el paro cardíaco súbito.
Cada día, más de 600 norteamericanos mueren de paro cardíaco súbito. En algunos casos la causa es una enfermedad coronaria de larga data. En otros, puede ser disparado por tensión emocional o física intensa. En ambos casos, el corazón empieza a latir en forma caótica y no puede enviar sangre al cerebro y otros órganos vitales.
La clave para sobrevivir es la velocidad de respuesta. En adición a la Resucitación Cardio Pulmonar, la mayoría de las víctimas de paro necesita un choque eléctrico inmediato que permita restaurar el ritmo cardíaco normal………………………..
Pero gracias a los nuevos equipos conocidos como DEA, una persona con modesto entrenamiento puede ahora administrar choque salvavidas a quien esté en paro cardíaco……………
……..Es hora que el gobierno nacional ayude a poner los DEA en los lugares públicos de todos los EE.UU. Hoy tengo el placer de anunciar tres pasos mayores para alcanzar esa meta. Primero, he dado instrucciones al Departamento de Salud y Servicios Humanos y a la Administración de Servicios Generales para que desarrollen guías para poner DEA en todos los edificios federales. Para ayudar con este esfuerzo, la American Heart Association y la Cruz Roja Americana se han ofrecido voluntariamente para entrenar a los empleados federales en el uso de los DEA.
Segundo, estoy trabajando con el Congreso para completar una legislación vital que no solo aliente la instalación de DEA en los edificios federales sino que garantice inmunidad a los buenos samaritanos que los usen, ya sea en edificios públicos o privados.
Y tercero, estoy proponiendo una nueva legislación que va a requerir que todos los aviones comerciales con por lo menos una azafata, incluyan el DEA en su botiquín de vuelo……………………………”
Seguiremos con este tema

La redacción

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