No está más allá de nosotros: lucha contra el cáncer

El cáncer, “la palabra con C”, genera miedo. Parece imposible hablar de él y lo hacemos, entonces, con eufemismos: “tiene algo maligno”, “tiene una enfermedad mala”, “una larga enfermedad”. Al no hacerlo, sin embargo, evitamos la mejor manera de combatirlo: la información y la prevención.

El cáncer agrupa un grupo de enfermedades en las que un conjunto de células anormales se dividen sin control, invadiendo otros tejidos normales o sanos. Estas células, llamadas “cancerosas”, se diseminan entonces hacia otras partes del cuerpo reproduciéndose a expensas de las células sanas del organismo. Aunque existen cinco grandes tipos de cáncer, en general se los designa según el órgano o célula en los que comienzan (de colon, piel, pulmón, etc.).

A menudo se lo confunde con el “tumor”, que es una alteración de los tejidos en la que se produce un aumento –más o menos perceptible- de volumen. Es por ello que se distingue entre los tumores “benignos” (que pueden extirparse sin consecuencias posteriores) y los “malignos”, que pueden diseminarse hacia otros tejidos, produciendo, de este modo, cáncer.
Por otra parte, enfermedades cancerosas como la leucemia no producen tumores. De allí que sea importante diferenciar ambos términos.

Desde el año 2000, cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer, a instancias de la Organización Mundial para la Salud y la Unión Internacional contra el Cáncer. Las cifras al respecto son muy poco alentadoras: se estima que la mortalidad mundial por esta causa aumentará un 45% entre 2007 y 2030. Aunque influyen en esta proyección el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población, buena parte de esas personas podrían evitar la enfermedad adoptando hábitos saludables. Aunque en países como Argentina se han tomado medidas decididas contra el tabaquismo, el cáncer de pulmón –ocasionado en fumadores activos y pasivos- sigue siendo la principal causa de mortalidad. Es por ello que el lema del Día Mundial contra el Cáncer 2015 es No más allá de nosotros: excluyendo las predisposiciones genéticas, está en nuestras manos adoptar hábitos saludables que reduzcan nuestras probabilidades de desarrollar algunos tipos de cáncer.

¿Qué podemos hacer para prevenirlo?

La Organización Mundial para la Salud indica los principales factores evitables de riesgo de cáncer:

– Un 43 % de las muertes por cáncer cada año se deben al tabaco, a la dieta o a las infecciones. Sólo el tabaquismo ocasiona 1,8 millones de defunciones anuales por cáncer.
– El exceso de peso, la obesidad o la inactividad física ocasionan 274.000 muertes anuales por esta causa.

– El consumo excesivo de alcohol es aún más nocivo, causando 351.000 muertes al año por cáncer de hígado y otros asociados.

– El virus de papiloma humano puede desarrollar un cáncer y se contagia por vía sexual: causa 235.000 muertes anuales.

– Los agentes carcinógenos en el medio ambiente de trabajo causan unas 152.000 defunciones al año. Una correcta evaluación de las condiciones y medio ambiente de trabajo debería prevenir la presencia de elementos cancerígenos para cuidar la salud de los trabajadores.

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