Salud mental en el trabajo: ¿cuánto cuesta la depresión en una empresa?

La preocupación por el bienestar
psicológico y emocional de los trabajadores del sector privado es cada vez
mayor, ya sea por motivos de productividad, costos o cultura empresarial.
¿Quiénes son los más preocupados? Los propios empresarios.

La toma de decisiones ejecutivas
está cada vez más basada en datos, en evidencia sólida y cuantificable que
permite prever los efectos que esas decisiones tendrán en una organización, ya
sea en términos de productividad, costos o clima laboral. Algunos de esos datos
son más conocidos y frecuentes: se puede medir procesos, comparar
procedimientos, analizar visitas a nuestra web o realizar encuestas de
satisfacción. Otros, sin embargo, son menos conocidos, pero no por ello son
menos importantes.

La salud mental es uno de esos
rubros que tienen costos directos e indirectos aunque habitualmente no se
encuentra en el radar de quienes gestionan una empresa. Afecciones de salud
mental como la ansiedad o la depresión producen enfermedades físicas más
tradicionales, como afecciones cardíacas y diabetes. Además del malestar que
ocasiona a la persona y sus compañeros de trabajo, los costos directos e
indirectos de la depresión pueden alcanzar los U$S 6252 anuales en Estados
Unidos, además de aumentar hasta en U$S 5000 el costo del tratamiento de otras
enfermedades, como la diabetes, según un estudio privado.

En términos de productividad, el
mismo estudio muestra que los trabajadores con depresión tienen entre 6 y 25
días más de ausentismo al año, y muestran un descenso de tiempo útil de trabajo
de entre el 13 y el 29%.

 

¿Cuánto le cuesta la depresión a una empresa?

El impacto de la depresión en una PyME es, entonces, muy alto. Aunque cada
empresa es un mundo en sí misma, podemos evaluar un caso hipotético. Sabemos
que la depresión afecta al 5% de la población en nuestro país. Si tenemos en
cuenta que ocasiona 16 ausencias anuales más en promedio, y un descenso del 21%
promedio de las horas productivas, para una empresa con 100 trabajadores se
puede calcular que:

– 5 tendrán depresión crónica

– acumularán 80 ausencias en el
año por este motivo

– perderán 12.010 minutos al mes,
que son 144.120 minutos al año, que son 300 jornadas anuales de 8 horas.

Es decir que, en términos de
productividad, la depresión puede causar la pérdida de 380 jornadas laborales
en una empresa de 100 empleados.

Si calculamos un salario neto
mensual de $29.617 (que es la mediana de los salarios del sector privado según el Ministerio de Trabajo), las 380 jornadas de productividad perdida
por la depresión representan un costo de al menos $375.148 anuales para la
empresa.

Se trata de un motivo más que
suficiente para tener en cuenta el clima laboral y la salud mental, ya no como
un lujo, sino como una necesidad de trabajadores y empleadores por igual.

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