Sarampión. Diagnóstico y Prevención

El sarampión es una enfermedad infectocontagiosa de causa viral. En la Argentina, gracias a la vacunación no se detectaban casos autóctonos (es decir contraídos en el país) desde el año 2000. Hasta aquí se han detectado cuatro casos en la Pcia. de Buenos Aires en viajeros recientes a Sudáfrica y gente que estuvo en contacto con ellos.

Se contagia a través de la inhalación de gotas microscópicas en suspensión en el aire, expulsadas por el enfermo mediante un acceso de tos. El enfermo contagia desde 48/96 hs antes de que aparezca la erupción, y hasta que la misma desaparece.

Los síntomas aparecen siete a diez después del contagio, con fiebre de hasta 40 grados, congestión nasal, faríngea y conjuntival, tos seca, y una erupción que comienza en la cara, con pequeñas manchas blancas que luego enrojecen y se agrandan, al principio planas, más tarde sobreelevadas, pruriginosas (pican) y tos seca. Cuando las manchas empiezan a desaparecer en la cara se trasladan al resto del cuerpo. La evolución dura alrededor de siete días. Las complicaciones son poco frecuentes, principalmente neumonía y excepcionalmente encefalitis, sobre todo en bebés y en inmunodeprimidos.

La enfermedad deja inmunidad de por vida. La madre trasmite esa inmunidad al niño, la que dura hasta el año de vida del mismo.

La única prevención posible es la vacunación, doble o triple viral, accesible en los vacunatorios públicos y privados. Las embarazadas no deben vacunarse

Las recomendaciones son:

• Todo niño entre seis y doce meses de edad, debe ser vacunado
• Todo niño entre el año y los 14 años cumplidos debe acreditar dos dosis de vacuna doble o triple. Si no lo puede acreditar, debiera ser vacunado
• Todo adulto entre 15 y 50 años, que no haya recibido la vacuna, debe ser vacunado.
• En síntesis: vacunarse cuando corresponda, concurrir al médico ante la presencia de fiebre y erupción facial, y aislarse en caso de confirmarse la enfermedad

La Dirección

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