Tecnología y salud: llegan los wearables saludables

Hace poco escribimos una nota sobre las aplicaciones de celular que ayudan a tener un estilo de vida más saludable. Hoy te presentamos cinco nuevos dispositivos para mejorar tu calidad de vida.

Mientras el mercado de los teléfonos celulares se estabiliza, y las principales marcas presentan variaciones de un mismo tipo de dispositivo (pantallas touch de buen tamaño, conectividad y potencia de procesamiento), un nuevo mundo de tecnología inicia: el de los wearables. Con el reloj inteligente (smartwatch) como bandera, se trata de dispositivos móviles que se usan en el cuerpo o en la ropa, muchas veces como periféricos o complementos de los teléfonos.

En la feria internacional más importante de tecnología, el CES 2016, los wearables saludables han tenido un importante espacio, lo cual indica su creciente importancia. Claro, ya conocemos las pulseras y relojes que cuentan los pasos que diste, la velocidad a la que lo hiciste y la distancia recorrida. Sin embargo, hay un nuevo mundo de nuevos dispositivos que todavía no te imaginás. Te presentamos los cinco más originales:

– Con la ropa inteligente de Hexoskin ya no es necesario ponerse el reloj o la pulsera para monitorear online tu ejercicio. Hexoskin desarrolló un tejido que contiene sensores capaces de medir tu ritmo cardíaco, aeróbico, cantidad y velocidad de pasos, calorías quemadas y hasta controlar tu sueño.

Los datos son enviados a tu teléfono Android o iOS, pero también pueden compartirse por medio de una plataforma web, lo cual lo vuelve ideal para entrenamientos monitoreados por médicos o personal trainers. Con un precio minorista sugerido de U$S 299, se espera que salga al mercado durante este año.

– Algunos pacientes cardíacos necesitan un monitoreo intensivo de su corazón sin que esto les impida seguir adelante con su vida cotidiana. El nuevo iHealth Rhythm es un dispositivo plano que se ubica sobre el esternón, debajo de la ropa, y tiene una autonomía que le permite controlar durante 72 hs. ininterrumpidas el ritmo cardíaco. No se trata tanto de un wearable para el público en general, como de una tecnología médica para realizar estudios específicos. Sus resultados se envían automáticamente a la aplicación iOS del médico y del paciente. Aunque no se anunció su precio, estará disponible durante este año.

– Las zapatillas futuristas ya llegaron. Como en otros casos, se trata de dispositivos que interactúan con otros dispositivos, aunque todavía no se sabe bien para qué o, al menos, en qué lo hacen mejor que otros wearables disponibles en el mercado. La marca DigitSole ofrece dos líneas de calzado inteligente que permiten, además de los habituales contadores de pasos y calorías quemadas, controlar la temperatura de tus pies y ajustar el calce de la zapatilla por medio del teléfono. ¿Es necesaria tanta sofisticación para funciones tan modestas? Lo decidirán los usuarios.

– Los anteojos inteligentes parecían ser el futuro de los wearables cuando Google lanzó el Google Glass en 2014. Sin embargo, fue una gran decepción tanto para la empresa como para los usuarios, y el concepto de anteojos inteligentes ha quedado, si no abandonado, al menos en stand by. Sin embargo, todavía es posible usar esa tecnología para funciones menos ambiciosas y más específicas, como lo muestra RightEye, cuyos anteojos permiten, en sólo dos minutos, realizar una serie de exámenes que permiten diagnosticar y monitorear el desempeño de pacientes con problemas de visión, incluyendo aquí episodios de daño cerebral. Esta tecnología se usa actualmente en el campo militar y deportivo, en Estados Unidos, y ha comenzado a emplearse recientemente como equipamiento médico en ese país.

– Los usuarios de audífonos, pacientes con diversos grados de pérdida de audición, disponen a menudo de pocas opciones, más allá del volumen, para mejorar la calidad del sonido que oyen. Para ellos, la empresa ReSound lanzó en el CES 2016 su nueva generación de audífonos inteligentes, dispositivos que se conectan por Bluetooth a un iPhone o un iPad y que permiten controlar desde allí el volumen, los bajos y los agudos del audífono, además de compensar factores ambientales por medio de configuraciones automáticas para exteriores, restaurantes o salas de concierto. No son baratos, es cierto: se consiguen en Estados Unidos a partir de U$S 2699.

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