Tips para empezar a correr

La
falta de tiempo, el cansancio, el clima y la agenda nutrida son las excusas
infalibles para aquellas actividades que durante el año quedan en la lista del “debe”.
Es importante encontrar el espacio para iniciarnos en hábitos saludables que se
extiendan en el tiempo. Independientemente del objetivo, salir a correr es una
costumbre que puede comenzar hoy mismo.

En los últimos años, cada vez más personas
participan de carreras cortas, medianas, medias maratones o maratones. No es
una novedad ver anuncios de 4K, 10K, etc. Indumentaria, zapatillas, accesorios,
revistas y sitios especializados, running teams, periodistas y columnistas; en
fin, el running (o, simplemente, salir a correr) llegó hace tiempo para
quedarse.

Los objetivos para empezar a correr pueden
ser diversos: bajar de peso, dejar de fumar, combatir el sedentarismo, mejorar
el estado físico en general, etc
. Por
otra parte, correr es un gran ejercicio aeróbico, es fácil de hacer
(no hace falta combinar agendas y disponibilidades, como en los deportes de
equipo), tiene un costo prácticamente nulo y, vamos, ¡todos sabemos correr! O,
al menos, eso es lo que pensamos.

Es importante, al comenzar a correr, tener en
cuenta que la idea es sentirnos mejor, no peor
. Además, debe ser una costumbre que se sostenga en el
tiempo. No tiene sentido, entonces, ejercitarnos hasta caer desmayados. Por el
contrario, lo que buscamos es poder hacer cada vez más actividad sintiéndonos
bien al hacerla. Acá van algunas preguntas que conviene hacernos al empezar:

– ¿Estoy en condiciones de correr? Antes
de empezar a hacer cualquier actividad física, es necesario hacernos un chequeo
médico completo, explicándole al profesional la actividad que queremos comenzar
a hacer. De esta manera, podremos mejorar nuestra salud, y no ponerla en
riesgo.

– ¿Cómo voy a correr? Un plan
de entrenamiento es fundamental, fijando metas y una rutina de ejercicio. Es
preferible entrenar con menor intensidad pero mayor frecuencia (comenzar con
quince o veinte minutos, tres veces por semana, por ejemplo). Dependiendo de
nuestro estado físico, a veces es necesario combinar caminata con running.
Existen planes de entrenamiento en páginas especializadas que pueden resultar
útiles para comenzar, como 
Camino 226Runfitners o Running.

– ¿Qué me voy a poner? La ropa
que vamos a usar es muy importante. No es necesario comenzar con un
equipamiento súper especializado o particularmente caro. Sí es recomendable
emplear 
ropa técnica en
lugar de prendas de algodón, especialmente para evitar la acumulación de
transpiración durante la práctica. Sin embargo, no es imprescindible: hemos
visto a más de uno que, después de comprarse toda la indumentaria técnica, no
la usa más que para pasear al perro los fines de semana. Tanto la remera como
el pantalón deben ser cómodos, darnos libertad de movimiento y reducir el roce
al mínimo. Es imprescindible usar medias cómodas que absorban la transpiración
y protejan al pie del contacto con las zapatillas.

– ¿Con estas zapatillas voy a salir? Las
zapatillas que usemos cumplirán un rol fundamental en el ejercicio. De ellas
dependerá buena parte de nuestra relación con la práctica del running. No es
necesario comenzar a correr con el calzado más sofisticado y caro;
eventualmente, a medida que mejoremos nuestro rendimiento, sabremos apreciar
las ventajas de unas zapatillas especialmente diseñadas. En cualquier caso,
tiene que ser un calzado cómodo, liviano y que amortigüe la pisada. 
Aquí hay algunos consejos para
elegir el calzado más adecuado.

– ¿Voy a correr solo? Uno de
los grandes problemas al empezar a correr es la motivación: un día hace mucho
frío, otro día hace mucho calor, otro día comimos mucho y no estamos en
condiciones Cuando queremos acordarnos, pasó un mes sin que corriéramos ni
siquiera el colectivo. Unirse a un running team nos pone una meta social que
nos mueve más allá de nuestras ganas. Además, nos pondrá en manos de
profesionales que podrán monitorear nuestros progresos y diseñar ejercicios
adecuados para nuestras condiciones y necesidades.

Ante todo, es imprescindible correr con sentido
común: recordemos, lo hacemos para sentirnos mejor. Salir a correr al mediodía,
o cuando la temperatura es agobiante, o cuando acabamos de comer, es una pésima
idea. Abrigarnos para transpirar más y así bajar de peso es un mito que sólo
contribuirá a deshidratarnos más rápidamente. Correr cada vez hasta el
límite de nuestra capacidad es inútil: necesitamos acostumbrar al cuerpo a una
distancia y un tiempo para, recién entonces, aumentar ambos
. Conozcamos sus
límites: el desafío es extenderlos, no chocar contra ellos.


Algunos consejos para quienes ya corren


Algunos ya corremos desde hace un tiempo.
Disfrutamos de hacerlo, nos gusta la sensación de cansancio saludable, hemos
corrido algunas carreras de 5K y 10K. Sin embargonos cuesta mantener el ritmo,
si es que no lo hemos perdido definitivamente. Para eso, es fundamental
reforzar la motivación para correr, convirtiéndolo en un
hábito saludable y gratificante, y no en una carga que nos cuesta cumplir.
Seguir un plan de entrenamiento, con objetivos de tiempo y/o
distancia bien definidos y alcanzables, es clave para sentir la recompensa del
objetivo alcanzado y el desafío de otros nuevos. Una rutina que
apuntale la práctica de correr nos va a ayudar a hacerlo parte de nuestra vida
cotidiana: los mismos días, a la misma hora, etc. Una recompensa acorde
nos va a ayudar a asociar el ejercicio con algo placentero: ¿Un chocolate? ¿Una
ducha? ¿Una serie? Lo que sea que nos ayude a sentirnos recompensado por el
esfuerzo hecho. Y no olvidemos buscar apoyo en una comunidad: desde
un running team hasta los foros de internet, compartir lo que nos
gusta con otros siempre refuerza la motivación para hacerlo.


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