Un hospital público inauguró una sala para partos bajo el agua

Muchas parejas comienzan a optar por formas no tradicionales de tener a sus hijos, aunque esto trae riesgos para la salud de la madre y el bebé. Por eso los hospitales públicos comienzan a tomar nota.

Ya no es tan raro que las parejas decidan tener a sus hijos con técnicas no tradicionales: se aplica hipnoterapia, el método en cuclillas, el parto en el hogar o el parto acuático, entre otras. Aunque estas formas tienen sus ventajas, también tienen sus riesgos, puesto que pueden realizarse en ambientes sanitarios inadecuados o con personal que carece de la calificación necesaria. Hace pocos años murió, en el nacimiento hogareño de su tercera hija, la principal activista australiana de esta modalidad. En nuestro país, una pareja neuquina fue acusada del homicidio culposo de su bebé por intentar realizar el parto en su casa sin personal adecuado.

Los hospitales han comenzado a tomar nota de estas nuevas modalidades, sus riesgos, pero también sus beneficios, y es por ello que comienzan a ofrecer alternativas de parto que respeten los deseos e ideas de los padres. El Hospital Álvarez, de la Ciudad de Buenos Aires, fue el primero en acondicionar, en 2012, tres salas para la modalidad de “parto humanizado”, incluyendo la posibilidad de llevar a cabo el procedimiento en posición vertical o semi-vertical.

Ahora, el Hospital Ramón Carrillo, de Mendoza, inauguró la primera sala de parto acuático de un hospital público del país. Se trata de una sala con una bañera de hidroterapia en la que la mujer puede entrar al comenzar las contracciones y en la que se desarrollará todo el trabajo de parto.

Según su director, Diego Irigo, esta modalidad presenta múltiples beneficios, como la reducción del uso de analgésicos, la aceleración del proceso de parto y la disminución de las episiotomías en la mujer.

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