Aunque parece ciencia ficción, o algo que sucede en las grandes potencias, la ciencia argentina ya está produciendo prótesis sintéticas para salvar vidas en nuestro país.
Un equipo de médicos del hospital Zanón, de Tucumán, logró reconstruir la tráquea de una paciente con una impresora 3D y un material biodegradable para implantarla en una paciente que la había perdido en un accidente. Aunque el trasplante se realizó hace ocho semanas, recién se difundió la wp_posts en las últimas semanas, cuando se confirmó que la recuperación había sido total.
Más allá de que no se trata, técnicamente, de un trasplante (porque no se toma un órgano de un cuerpo para implantarlo en otro), esta técnica tiene indudables beneficios: en primer lugar, por su carácter sintético, no hay riesgo de rechazo. En segundo lugar, aunque resulta muy caro su desarrollo experimental, una vez diseñada se puede imprimir cuantas veces sea necesario.
Si bien todavía con algo de inseguridad, Antonia, la paciente que recibió la prótesis, ya puede comer, respirar y hablar. Es el primero de lo que se espera que sea una serie de triunfos de esta rama novedosa y experimental que, al menos en nuestro país, ya está salvando vidas.